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Mostrando entradas de abril, 2016

La media roja

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Quería comenzar su día encontrando las medias. No era tanto pedir. Arrancar por metas pequeñas.. Había decidido que esa semana solo iba a hacer cosas que la entusiasmaran y que fueran disparatadas, sin sentido. Ergo, buscar la media durante cuarenta minutos no era una forma tan mala de empezar. Focalizada en seguir su deseo, determinada a ponerse medias rojas con una pollera violeta y una remera negra a lunares. Un éxito! Mejor no podría arrancar! Claro que las cosas era más complicadas de lo que ella esperaba. Ya había revuelto medio departamento y la media no aparecía. Solo una tenía en la mano y lo chequeaba cada tanto por si se había equivocado y tenía las dos. Ni hablar las veces que revisó el cajón de las medias. Incontables las oportunidades que miro adentro del lavarropas, en el tacho de la ropa sucia y abajo del tender (uno nunca sabe). Pero la media revelada aún se negaba a aparecer. A esta altura, ya era un desafío. Para ella y para la media. La media se escondía en al

La milagrosa (Parte 2)

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Habían pasado dos semanas ya y aún no tenía el coraje de salir a encarar a la persona que le había tocado en la foto. Sabía que se llamaba Ángela y que tenía 27 años. En su ficha personal decía que había estudiado varias carreras sin terminar ninguna. Que alquilaba un departamento. Que tenía un perrito al cual amaba y que adoraba ir al teatro. Según estaba escrito Ángela no pasaba una fin de semana sin que fuera a una función. Esa, según lo había analizado con su coordinadora de misión, era la oportunidad ideal para encararla y lograr que probara la crema. El testeo de la crema era algo realizable. El tema era, una vez que se confirmara el efecto, convencerla para que aceptara ir a la comunidad. Ahí estaba la dificultad. Hacerle entender a una persona normal, con su vida organizada, la conveniencia de dedicarle un tiempo a esta nueva experiencia. Explicarle las posibles aplicaciones que tendría el estudio y como los fondos recaudados por la televisación y la publicidad serían uti

La milagrosa (Parte 1)

Entró a la oficina sin saber que era lo que iba a ocurrir. La habían llamado el día anterior a su casa para una reunión, pero no le habían dado más explicaciones. – Si quiere conocer al profesor tendrá que venir a la cita a las 14 horas -. Todo resultaba extraño pero nada de eso la hizo pensar que no tenía que ir. Una mujer de mediana edad, vestida muy correcta, le indicó que se sentara en la sala de espera. Había otras cinco personas en el mismo espacio. Todas mirando hacia abajo, distraídas o leyendo alguna revista vieja que encontraron en la mesa central de la habitación. Las sillas estaban desvencijadas y muy percudidas. Se notaba que habían sido hermosos asientos en su momento. En la pared de enfrente había un cuadro que tenía pintada una yegua de color naranja. El caballo estaba saltando una cerca y parecía que podía caerse del marco en cualquier momento. Siguió mirando para todos lados, observando, registrando, quería irse del lugar con una idea integral de dónde había estado