Noticias frescas
Cada día el mismo día. Levantarse de noche, con frío, abrigarse por demás, salir a la calle. Al menos cuando llega a la central puede compartir unos mates con sus compañeras, media hora después sale la asignación de lugares y hasta luego. Por suerte van de a dos, así se hace más llevadera la jornada. Cuando se está solo es más difícil no pasarse el día mirando el celular. Y cuando uno mira el celular se pierde lo que está pasando. Deja de hacer su trabajo: mirar que pasa en la calle. Jamás hubiera pensado que iba a terminar trabajando de esto. La cosa está durísima y trabajo es trabajo. Con una mínima cantidad de tiempo de entrenamiento te dan la placa y a trabajar. Una profesión rentada, casi segura. Un oasis para muchas personas. Cuántos del barrio se quedaron afuera y no dieron con los requisitos para entrar, cuántos no pasaron las pocas pruebas que les hicieron (y eso que no eran tan difíciles). El problema es que ese poco entrenamiento hace que muchas cosas queden a criterio