Los restos y el sol
¿A quién se le ocurre dejar los carozos de las aceitunas dentro de una maceta? Francisco se dió cuenta que el orden de la casa le iba a llevar mucho más tiempo del que había pensado dedicarle. Por suerte, sólo había habilitado algunos ambientes de la casa y otros los había dejado cerrados con llave. Eso le aseguraba que no tenía que buscar carozos en la terraza, por ejemplo. Cuando estaba chequeando las macetas que tenía en la biblioteca se dio cuenta de que alguien había estado jugando con sus libros. Desordenándolos. Seguro había sido Germán. Desde que llegó tenía cara de pocos amigos. A esta edad traer una primera cita a la fiesta de cumpleaños de alguien sin preguntar era una verdadera boludez. Y se lo hizo saber cuando le avisó que venía con la mina, cuando le abrió la puerta y cuando se cruzaron en la cocina. - Me parece cualquiera que hayas venido con una chica. Esta fiesta es importante para mí. No es un evento más. - le dijo un poco a las corridas y en voz baja mientras lavab