Cacería

Sigilo. Pasos gráciles. Sutiles acercamientos para volver a tomar distancia. Identificación de la presa. Selección del más apto. La mirada enfoca y luego se evade para volver a observar.

El éxito depende de la extrema concentración y atención, y exige buenas cualidades de paciencia y autocontrol. El correcto enfoque físico y psíquico, unido a la destreza hacen de esta una exigente actividad.

Entre las muchas destrezas que la situación requiere es necesario enfatizar la observación cuidadosa: el éxito proviene de saber que hay que buscar y cómo buscarlo en el transcurso del acecho. Los ojos se deben emplear como instrumentos de precisión, con una mirada lenta y profunda en búsqueda de señales mucho más sutiles que las imágenes obvias a las que los ojos del hombre moderno están acostumbrados. Se debe aprender a encontrar indicios fundamentales en los más diminutos rastros.

Cómo es de público conocimiento el movimiento lento minimiza la probabilidad de perturbaciones, y brinda máximas oportunidades de observación. Tomando en cuenta todas estas sugerencias el acecho será exitoso y la presa caerá rendida.

Estos movimientos pueden realizarse no sólo en campos abierto, sino también en espacios cerrados.

Y pueden aplicarse a venados salvajes y también, porque no, a humanos.

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